
Energía solar térmica
Es el procedimiento de transformación de la energía radiante del Sol en calor o energía térmica, a través de un fluido calor-portador que circula por el interior de los captadores solares térmicos y que posteriormente cederá la energía captada para su aprovechamiento en diferentes aplicaciones


-Agua caliente sanitaria: viviendas, centros esportivos, centros escolares, guarderías, hospitales, residencias, hoteles, camping, casas de turismo rural, etc.
-Soporte a calefacción (con un rendimiento ideal en sistemas de calefacción con suelo radiante)
-Climatización de piscinas
-Granjas
-Pre-calentamiento en procesos industriales
-En cualquier otra aplicación que tenga necesidad de agua caliente
Las características de esta fuente de energía y la tecnología desarrollada para su captación, acumulación y regulación, la hacen muy interesante para todas las aplicaciones que necesiten un subministro de agua caliente, y son especialmente indicadas para su uso en sistemas que trabajen a baja temperatura.
Suelo Radiante
Es el sistema de calefacción mas adecuado para conseguir un nivel de confort ideal.
Consiste en una red de tuberías de polietileno reticulado distribuidas uniformemente debajo el pavimento, por las cuales circula agua. Los tubos se colocan entre 3 y 5 centímetros por debajo el suelo con separaciones que oscilan entre el 10 y 30 cms entre ellos. Haciendo circular el agua a temperaturas entre 35 y 45ºC para que la temperatura de confort este entre 20 y 22ºC.
Debido a que toda la superficie del suelo irradia calor evita las zonas frías y calientes de otros sistemas convencionales.
Disminuye las pérdidas térmicas y reduce el ruido que provocan otros sistemas convencionales.
Se puede conseguir un gran ahorro si se combina con energías renovables como la solar o la biomasa.
Se integran en cualquier revestimiento de suelo.
No tiene ninguna necesidad de mantenimiento ni reparación.
Biomasa
La tecnología de las calderas de biomasa ha llegado al mismo nivel que las calderas de gas-oil o de gas, y el uso de los biocombustibles (madera, astillas, pellets, leña, etc.) para calefacción es una de las medidas más efectivas, ecológicas y económicas, alcanzando actualmente los mejores niveles de rendimiento y disminución de emisiones. Es posible ahorrar entre un 40-45% respecto las energías convencionales, hecho que supone una rápida amortización de la inversión realizada.



Los pellets son materiales biocombustibles realizados a partir de la compresión de virutas, astillas o serrín, procedentes de residuos de carpinterías, o de otras industrias forestales o agroforestales, con un contenido de humedad máxima del 8% y un poder calorífico de cerca de 4000-4500 Kcal./Kg. Calentar con pellets significa no contribuir al efecto invernadero y conservar el medio ambiente.
La caldera recibe el pellet procedente de un silo o almacén mediante un sistema de succión para almacenarlo en un depósito de consumo más pequeño integrado en la caldera. Se carga el pellet en quemador para su combustión en función de las necesidades de consumo.
Estufas pellets
Estufas leña
Termococinas
Calderas pellets
Ecotherm H2O
Ecotherm Compact
Pelletstar Biocontrol de 3 a 65 kW
Calderas astillas
Firematic Biocontrol de 7 a 65 kW
Calderas astillas y pellets
Firematic Biocontrol de 54 a 150 kW
Biomatic Biocontrol de 54 a 500 kW
Calderas leña
Aspirotronic LE Aspirata de 24 a 102 kW
Sirio de 29 kW a 67 kW
Calderas policombustible
Aspirotronic LE Combi de 24 a 102 kW
Kondor de 34 kW a 465 kW
Gasificación
Es un proceso de combustión en el que un residuo orgánico (biomasa) se transforma en un gas combustible.
Cuando la biomasa, que deberá estar en estado sólido y seco, es sometida a la acción del calor en condiciones de defecto de aire, o combustión incompleta, se producen una serie de reacciones que dan lugar a un gas de gran interés energético.
El gas obtenido cuando la gasificación se realiza con aire, se denomina gas pobre y está formado por monóxido y dióxido de carbono, hidrógeno y metano.
Las principales aplicaciones de la gasificación se basan en la utilización de la energía térmica que genera el propio proceso y la del gas producido:
-Producción de calor para usos industriales: En este caso se aprovecharía la energía térmica generada durante la gasificación y la obtenida por la combustión del gas.
-Producción de electricidad: El sistema constaría básicamente de gasificador y grupo electrógeno.
En este caso es muy importante señalar que por cada kW eléctrico generado se obtienen 2kW térmicos que en caso de aprovecharse harían mucha más rentable la instalación.
Como dato orientativo diremos que gasificando de 1 a 1,3 kg de madera obtendremos 1 kW eléctrico y 2 kW térmicos.
El gas puede sustituir a otros combustibles convencionales como el gas-oil o el gas natural y es mucho más económico, limpio y no presenta problemas de contaminación.
Ventajas de la gasificación frente a la combustión:
-La gasificación de madera es un proceso ecológico.
-Ausencia de humos contaminantes.
-Mayor eficiencia del proceso.
-Posibilidad de obtención de energía eléctrica y térmica conjuntamente.
-Facilidad de aplicación a proyectos de cogeneración.